miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una postal sin dueña

Hoy me ha llegado una postal hermosa, de Elizabeth Town, y la ciudad de Jersey de noche, se nota un movimiento calmado ahi, se nota todo, casi como lo venía suponiendo, lo raro es que la envía una mujer desconocida que afirma muy suelta de mano que extraña caminar conmigo, que le gustaría pasar horas conversando conmigo y que me ama más que nunca, pero que lamenta contarme que ama a otro y que aunque le duele no volverá a verme, pues entre sus piernas cree que lleva un corazón. A lo que le contesté con otra postal muy arequipeña donde le pedía que no me deje, que estoy aqui esperando para conocerla y dibujar la historia de colores que se esbozaba en postales que nunca llegaron, que estoy con el corazón partío, deprimido hasta el suelo y pasando noches sollozantes con la almohada, que le prometo ser el mejor compañero y que mi entrega sería total sin medida. Cansado cierro mi puerta y al caer mirando el techo con estrellas de mi habitación me entrego al sueño y sueño con una mujer sombría que empieza a hacer mi vida desdichada hasta que se va a Jersey.

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